Retejado: más que cambiar tejas, una inversión inteligente
Aunque muchas veces se habla de reformas o arreglos en el hogar, pocas personas saben realmente en qué consiste el retejado de cubiertas.
Este proceso, fundamental para proteger las viviendas, implica renovar o sustituir las tejas de un tejado, pero va mucho más allá de simplemente cambiar piezas rotas.
En lugares donde el clima es variable y el paso del tiempo deja huella en las estructuras, como en los tejados Burgos, este tipo de intervención resulta no solo aconsejable, sino imprescindible para conservar la seguridad y eficiencia energética del inmueble.
¿Por qué se hace un retejado?
¿Sabías que un tejado en mal estado puede ser responsable de hasta un 30% de la pérdida de calor en una casa? El retejado se realiza, principalmente, cuando:
- Las tejas están dañadas
- Existen filtraciones de agua
- Hay signos de humedad o moho
- Se desea mejorar el aislamiento térmico
- Se ha producido un desprendimiento parcial
No es una simple medida estética. Es un proceso que tiene impacto directo en la calidad del aire interior, la eficiencia energética y la durabilidad de toda la estructura.
Diferencias entre retejar y reparar
Muchas veces se confunden los términos. Mientras una reparación puede ser puntual, el retejado implica una intervención completa, que abarca toda la cubierta. No se trata de poner un parche, sino de renovar el conjunto del sistema de tejas, incluyendo en ocasiones también el aislamiento y la impermeabilización.
Un oficio con historia
Desde hace siglos, los techadores han sido fundamentales en el desarrollo urbano. En tiempos antiguos, ya se utilizaban técnicas para crear tejados duraderos a partir de arcilla, madera o pizarra. Hoy, aunque la tecnología ha avanzado, la esencia del oficio se mantiene: proteger lo que está debajo del tejado.
¿Quiénes lo hacen?
Este trabajo no es para cualquiera. Requiere de conocimiento, experiencia y sobre todo, de una atención especial a la seguridad. Los especialistas que realizan el retejado deben:
- Evaluar el estado de la cubierta
- Diseñar una estrategia de intervención
- Retirar con cuidado las tejas antiguas
- Instalar nuevos materiales siguiendo normas técnicas
- Asegurar la impermeabilidad y el aislamiento
Además, trabajan frecuentemente en altura, por lo que el uso de arneses, andamios y otras medidas de protección es indispensable.
Materiales que hacen la diferencia
¿Sabías que no todas las tejas son iguales? Existen materiales clásicos como:
- Teja cerámica
- Teja de hormigón
- Pizarra natural
- Teja metálica
- Paneles sándwich
Cada uno ofrece ventajas específicas según el clima, la pendiente del tejado y el estilo arquitectónico. Por ejemplo, la pizarra se utiliza mucho en zonas húmedas por su resistencia, mientras que los paneles sándwich integran aislamiento térmico y son ideales para reducción energética.
¿Cuánto dura un buen tejado?
Un buen retejado puede extender la vida útil de una cubierta por más de 40 años. Claro que esto depende del tipo de material, el mantenimiento que se le dé y las condiciones climáticas a las que esté expuesto. Por eso, hacer una revisión periódica cada cierto tiempo es altamente recomendable.
Paso a paso del retejado
Aunque cada caso puede requerir ajustes, los pasos generales que se siguen son:
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Inspección inicial
Los expertos analizan el estado de la cubierta, detectan daños visibles y ocultos, y evalúan si se necesita solo un retejado o una reforma completa.
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Retirada de tejas
Las tejas existentes se retiran una a una, con sumo cuidado para evitar romper la estructura base o generar más daños.
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Revisión del soporte
Aquí se revisan las vigas, rastreles y otros elementos que sostienen la cubierta. Si hay piezas debilitadas, se sustituyen o refuerzan.
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Colocación de impermeabilización
Se instala una capa de tela asfáltica, membrana líquida o lámina impermeable que impide el paso del agua y la humedad.
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Aislamiento térmico
Opcional pero muy aconsejable. Un buen aislamiento no solo protege del frío o del calor, sino que reduce el gasto energético del hogar.
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Colocación de nuevas tejas
Se instalan las nuevas piezas, asegurándolas correctamente para evitar desplazamientos por el viento o por el paso del tiempo.
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Remates y limpieza
Se colocan remates en puntos clave como chimeneas, canalones y bordes. Finalmente, se limpia toda la zona de trabajo.
¿Cuánto tiempo toma un retejado?
Depende del tamaño del tejado y de las condiciones climáticas, pero puede tomar entre 3 y 10 días. En casos más complejos, puede extenderse a varias semanas. Lo importante es que se realice sin prisas, ya que cada paso requiere su tiempo para asegurar un resultado duradero.
¿Y qué pasa con el clima?
Los profesionales suelen evitar trabajar en días de lluvia o viento fuerte, ya que las condiciones climáticas pueden afectar la seguridad y la adherencia de los materiales. Por eso, muchas veces los proyectos de retejado se planifican para la primavera o principios del otoño.
Aumenta el valor de la vivienda
Un tejado nuevo o renovado puede aumentar el valor de reventa de una casa entre un 5% y un 10%. Es una mejora que se nota a simple vista y que transmite seguridad al comprador.
Mejora la eficiencia energética
Gracias al aislamiento térmico y la impermeabilización, una vivienda con retejado reciente puede ahorrar hasta un 25% en calefacción.
Contribuye al bienestar
Vivir bajo un techo en buen estado no es solo una cuestión técnica. Disminuye la humedad, previene enfermedades respiratorias y mejora la calidad del descanso.
El reto de trabajar en altura
Los profesionales del retejado no solo deben ser hábiles con las manos. También necesitan:
- Capacitación en seguridad
- Dominio de técnicas de escalada
- Manejo de herramientas pesadas
- Coordinación en equipo
Es un trabajo físico, pero también mental. Requiere estar alerta, tomar decisiones rápidas y tener gran sentido de la responsabilidad.
Mantenimiento: la clave del éxito
Una vez realizado el retejado, es importante dar seguimiento al estado de la cubierta. Algunas recomendaciones son:
- Revisar canalones y bajantes al menos dos veces al año.
- Verificar que no haya tejas movidas tras una tormenta.
- Limpiar hojas y residuos que se acumulen.
- Contratar una inspección cada 3 a 5 años.
Un buen mantenimiento alarga la vida útil del tejado y evita reparaciones mayores en el futuro.
¿Retejado o sobretejado?
Existe una técnica alternativa llamada sobretejado, en la que se colocan nuevas tejas sobre las antiguas sin retirarlas. Aunque puede parecer una solución rápida, no siempre es recomendable.
Si hay humedad, moho o filtraciones en la estructura base, el sobretejado puede agravar el problema. Solo es viable en cubiertas muy bien conservadas.
Tecnología al servicio del tejado
Hoy en día, muchas empresas utilizan drones para inspeccionar tejados antes de hacer un retejado. Esto permite:
- Identificar puntos críticos sin riesgos
- Tener imágenes precisas del estado general
- Reducir el tiempo de diagnóstico
Además, algunos equipos trabajan con cámaras térmicas para detectar fugas de calor o zonas con humedad invisible a simple vista.
Una inversión inteligente
Aunque a primera vista pueda parecer un gasto, el retejado es una inversión en tranquilidad. Aporta seguridad, eficiencia y valor patrimonial. Y si se realiza a tiempo, evita reformas mayores que pueden resultar más complejas y prolongadas.
¿Y los permisos?
Antes de iniciar un retejado, es necesario consultar con el ayuntamiento correspondiente. En muchos casos se requiere un permiso de obra menor, y si se trata de un edificio protegido, puede ser necesario cumplir con requisitos adicionales.
Los profesionales del sector suelen encargarse de esta gestión para que el cliente no tenga que preocuparse.
Sostenibilidad en la cubierta
Cada vez más proyectos de retejado incorporan materiales reciclados o ecológicos. Las tejas fotovoltaicas, por ejemplo, permiten transformar el tejado en una fuente de energía renovable, mientras que los aislamientos naturales (como lana de oveja o corcho) son una alternativa más respetuosa con el medio ambiente.