Los mil usos del cloruro de polivinilo: la producción de ventanas y puertas de PVC
El cloruro de polivinilo, comúnmente conocido como «PVC», es uno de los polímeros plásticos más utilizados en el mundo. Esto se debe a su excepcional versatilidad, que le permite adaptarse fácilmente a diferentes formas y tamaños, según el uso específico.
El material, derivado directamente del cloruro de vinilo, es rígido y puede combinarse con una amplia gama de materiales diferentes, como ocurre cuando el PVC se mezcla con compuestos inorgánicos.
Una vez mezclado, el PVC puede adoptar formas bastante detalladas debido a su excepcional adaptabilidad estructural.
Gracias a las propiedades de su material, el PVC se utiliza en una amplia gama de áreas comerciales, industriales y otras. Por ejemplo, el material puede utilizarse para fabricar muebles, prendas de vestir, artículos industriales o textiles de diversa índole.
No menos importante es el uso que puede hacerse del PVC en el diseño, sobre todo en el sector de la construcción. El material puede utilizarse para producir marcos de dimensiones personalizables, garantizando unas propiedades estructurales que no deben subestimarse.
Si está pensando en instalar puertas o ventanas de PVC, estas son las principales razones por las que deberías elegir este material.
La alta ecosostenibilidad del PVC
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un marco de ventana de PVC es el alto nivel de ecosostenibilidad que garantiza el polímero.
A diferencia de otros plásticos, el cloruro de polivinilo puede eliminarse fácilmente con el paso del tiempo. Sin embargo, su excepcional durabilidad, combinada con una excelente resistencia al desgaste, lo convierten en un material sólido y duradero que sólo requiere su eliminación tras años de uso.
Sin embargo, cuando llega el momento de hacerlo, el PVC puede reciclarse de forma muy eficaz, lo que permite a los fabricantes devolverlo a su propio ciclo de producción. Así se evita el desperdicio del polímero y se protege un medio ambiente que ya muestra claros signos de contaminación.
Resistencia a las altas temperaturas, al agua y a la abrasión
Son especialmente importantes sus propiedades estructurales, que le permiten resistir los daños con el paso del tiempo.
En primer lugar, el PVC es repelente al agua, lo que lo hace perfecto para el diseño de ventanas y puertas de PVC en entornos húmedos o los cerramientos en las terrazas.
En segundo lugar, el PVC es perfectamente capaz de soportar altas temperaturas, impidiendo que el frío o el calor procedente del exterior, en el caso de la instalación de una ventana de cloruro de polivinilo, provoque cambios de temperatura en el interior de los edificios y viviendas.
Por último, el PVC es muy resistente a la abrasión, lo que significa que sus características de construcción se mantendrán siempre intactas.
Resistencia al daño solar y a los productos químicos agresivos
No menos interesantes son las propiedades que permiten a los productos de PVC, incluidas las ventanas, resistir fácilmente los daños causados por la exposición prolongada a la luz solar.
El sol es capaz de «desgastar» las superficies más delicadas, acelerando el desgaste y arruinando su aspecto. No es el caso del PVC, un material que resiste perfectamente la incidencia de las altas temperaturas.
¿Y qué hay de su capacidad para resistir eficazmente la agresividad de los agentes químicos básicos? Gracias a esta propiedad especial, el PVC puede contrarrestar los efectos perjudiciales del contacto con sustancias agresivas, como puede ocurrir, por ejemplo, cuando se pule la superficie con productos desengrasantes.
La excelente relación calidad/precio
Por último, la compra de marcos de ventanas de PVC tiene una ventaja considerable en cuanto a la relación calidad-precio.
En sí mismo, el PVC es un material bastante sencillo de obtener. Esto permite a los fabricantes del material fijar un precio relativamente bajo, lo que significa que los productos de PVC pueden adquirirse a un coste muy razonable.
Las ventajas de las ventanas de PVC son muchas. En primer lugar, porque duran mucho más y no requieren mucho mantenimiento, y gracias a ellos se puede tener un buen aislamiento térmico y acústico.
Por no hablar del hecho de que son baratos, se pueden adaptar a cualquier estilo y, al ser especialmente ligeros, se pueden trabajar y adaptar a cualquier necesidad.
Hay varios tipos de ventanas de PVC. Las principales son las ventanas bicolor, las blindadas y las de rotura de puente térmico.
Las ventanas de PVC bicolor tienen acabados diferentes en el exterior y en el interior. Se utilizan cuando hay restricciones paisajísticas. También hay ventanas blindadas, reforzadas a prueba de robos. También hay ventanas con rotura de puente térmico, que tienen un mayor efecto aislante.